La geopolítica como elemento sustantivo de la economía global, estuvo presente en la participación de Atilio Borón y Ana Esther Ceceña. Ambos hicieron un muy completo recorrido por los diferentes escenarios y posibilidades político-regionales que se entrelazan en el convulso mundo de hoy.

Borón, nos habló de las actuales relaciones dicotómicas que se presentan entre los principales actores de la economía cómo lo son EE.UU., China y Rusia. 

Ceceña, de manera magistral hizo un paneo por los distintos puntos fundamentales del comercio internacional, fijando la mirada en esos que definen, como es el caso venezolano, los pesos y contrapesos existentes en el sistema mundial y también como la ruta de la seda antigua, cada segundo más poderosa; que van abriendo camino a nuevos destinos y equilibrios más plurales.

La Unión Europea

Para Atilio Borón, la Unión Europea es un constructo que poco tiene que ver con Europa, es una construcción burocrática profundamente antidemocrática. Afirmó que, la mitad de la población europea no va a votar en las elecciones del parlamento europeo porque quien decide lo que hacen los países es la Comisión Europea, que no surge del voto popular.

Planteó que la U.E. ha perdido toda autonomía en relación a los EE.UU. Su gobierno efectivo es la OTAN, una extensión del pentágono. Europa no tiene autonomía en materia política, en materia militar.

En este sentido, señaló que el proyecto de EE.UU. es hacer del territorio de Rusia, la sede de siete u ocho países distintos, porque Rusia sigue siendo, a pesar de que no es comunista, un obstáculo a cualquier iniciativa de EE.UU. para Eurasia y, por lo tanto, hay que destruirla.

Recordó que la reunión del G7 planteó dotar de 50 mil millones de dólares más a Ucrania, que va perdiendo territorio todos los días, a pesar de que Rusia no ha desplegado todo su potencial bélico en ese país.

Una tercera guerra mundial

Con respecto a una tercera guerra mundial, afirmó que es una realidad muy peligrosa, pues no sería una guerra convencional, va a ser una guerra donde se utilizarán las armas nucleares tácticas que tienen un potencial destructivo fundamental.

Algunos estudios hablan de treinta millones de personas que morirían en las primeras horas. Si comienza, no va a ser una guerra mesurada, va a ser una guerra a muerte porque Rusia se juega su existencia y EE.UU. se juega una hegemonía mundial perdida. En EE.UU. ya se está hablando de una declinación irreversible.

Sobre la guerra, Ana Esther Ceceña, coincidió y señaló en que hay una guerra que está avanzando en todo el planeta y que va a condicionar lo que podemos hacer en nuestros propios espacios. Para Ceceña, la guerra hoy es de espectro completo, no solo en el terreno de las armas, de las disputas hegemónicas; sino que abarca todas las dimensiones de la vida. Para Venezuela eso es algo muy claro.

En este contexto, expresó la idea del occidente colectivo, es decir, EE.UU. y sus aliados como el G7 y la Unión Europea; interviniendo en regiones del planeta que les resultan importantes para la definición de su hegemonía. Esta hegemonía está en disputa frente a otras potencias y poderes que se han ido configurando como oriente colectivo.

Señaló la importancia geopolítica para el comercio mundial de territorios como el estrecho de Malaca, el golfo de Omán y por supuesto todo lo que atraviesa la ruta de la seda.